
REFLEXIÓN/ Por el Mago
DE BURROS Y VIEJOS:
En una granja, tenían un burro, que estaba dema-siado viejo. Su dueño, el granjero lo soltaba de vez en cuando a pastar.
Un día, el burro, por acci-dente cayó en un pozo. El granjero trató de sacarlo de varias formas, sin lo-grarlo. Pronto se dio por vencido y “pensó”: “este burro ya está muy viejo, ya no me sirve”, y decidió tapar el pozo con el burro dentro.
Conforme el granjero iba echando tierra al pozo, le caía encima del lomo al burro, que al sentirla se sacudía. Poco a poco el burro iba apisonando la tierra e iba saliendo o emergiendo del pozo.
Cuando el burro se encontraba totalmente li-bre, el granjero lo acaricio y sacudiendo la poca tierra que aún tenía en su lomo, externó: “¡Qué bueno que logramos sacarte del pozo!”.
Al sacudirle el último terrón al burro, éste sintió escalofrió y se retorció, sol-tando una patada y ma-tando al granjero con ésta.
Moraleja: En ocasiones, aquel que se siente más sabio, intenta sepultar a la “ignorancia” o la “vejez” por considerarla inferior, pero la mayoría de las ve-ces, más sabe el burro por viejo que el otro por sabio.
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